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Correlación entre gammagrafía ósea y PET-CT con 18F-FDG para la evaluación de enfermedad ósea metastásica en pacientes con cáncer de mama

Resultados

Se incluyeron 52 pacientes del sexo femenino, con una edad promedio de 57,32 años (rango 30 a 84 años), con antecedente de cáncer de mama metastásico a hueso que se sometieron a estudios de gammagrafía ósea con 99mTc-MDP y PET-CT con 18F-FDG de forma subsecuente, entre el periodo de tiempo establecido. El promedio de días transcurridos entre uno y otro estudio fue de 10,46.

Análisis por paciente

Del total de pacientes, en 30 (57,69%) ambos estudios fueron negativos para metástasis óseas, mientras que en los restantes 22 (42,31%) los hallazgos fueron sugestivos de metástasis óseas por gammagrafía, PET-CT o ambas modalidades. Del total de estudios considerados positivos, 2 (3,8%) lo fueron únicamente por gammagrafía y 2 únicamente por PET-CT. En los dos estudios positivos por gammagrafía y negativos por PET-CT se correlacionó con hallazgos clínicos y estudios de seguimiento, en los que se encontró que los sitios con incremento de actividad osteoneogénica correspondían a procesos degenerativos; en cuanto a los dos estudios en que se encontraron hallazgos sólo por PET-CT, en uno de ellos se comprobó que correspondían a lesiones metastásicas, mientras que el otro correspondió a patología benigna.

Análisis por lesión

Se realizó de acuerdo al resultado de cada estudio. Se encontró un total de 334 lesiones óseas por ambos métodos, 150 (44,91%) por gammagrafía y 184 (55,09%) por PET-CT (p<0,001), siendo 131 (78,44%) concordantes en ambos estudios. De las lesiones restantes no concordantes, 19 (5,68%) se detectaron únicamente por gammagrafía y 53 (15,86%) por PET-CT. Durante el seguimiento clínico y con otros métodos de imagen (CT, RM, PET-CT subsecuente) se estableció que del total de lesiones detectadas únicamente por gammagrafía, 14/19 (4,1%) correspondieron a falsos positivos relacionados a procesos degenerativos o inflamatorios, distribuidas en 4 pacientes diferentes (9 correspondientes a huesos del cráneo, 2 en clavículas, 2 en húmeros y 1 en fémur). En cuanto al PET-CT, se encontraron 4/53 lesiones falsas positivas relacionadas a sitios de médula ósea reactiva (1,2%), todas ellas correspondientes a una sola paciente. En una paciente en quien se realizó de inicio el PET-CT hasta el tercio medio de los muslos, no se detectó una lesión localizada en la epífisis distal del fémur izquierdo, la cual fue visualizada por gammagrafía ósea. Sin embargo, el PET-CT evidenció lesiones en huesos pélvicos que no habían sido detectadas por la gammagrafía. La sensibilidad global del PET-CT fue de 97,18%, mientras que la del gammagrama óseo alcanzó el 89,71% (p=0,0004). La tasa global de falsos positivos fue de 12,51% (10,29% para el gammagrama óseo y 2,22% para el PET-CT).

Al correlacionar las 316 lesiones positivas (136 por gammagrafía y 180 por PET-CT) con los cambios morfológicos visualizados en el componente tomográfico del PET-CT, el gammagrama óseo detectó 6 lesiones blásticas (1,89%), 100 lesiones mixtas (31,65%), 29 lesiones líticas (9,18%) y una zona de incremento en la osteoneogénesis que no correlacionaba con ningún cambio morfológico (0,31%). Las lesiones visualizadas por PET-CT se clasificaron en 7 lesiones blásticas (2,22%), 118 mixtas (37,35%), 51 líticas (16,14%) y 4 sitios con incremento en la actividad metabólica que no se correlacionaron con cambios morfológicos (1,26%).

De acuerdo a su localización, la mayoría de las lesiones se encontraron en la columna vertebral (torácica y lumbar), hueso iliaco derecho, arcos costales, esternón, sacro y fémur derecho.