Discusión
El COPD representa del 3 al 5% de todos los diagnósticos de neoplasia maligna y suele conllevar un mal pronóstico, con una mediana de supervivencia global de unos 6 meses, variable según la estirpe de la lesión primaria(14). Las limitaciones que se enfrentan actualmente para el diagnóstico y tratamiento efectivo siguen siendo uno de los mayores desafíos en comparación con otros escenarios planteados en oncología clínica. En tal contexto, el PET-CT con 18F-FDG emerge como una herramienta promisoria por su potencial capacidad de identificar sitios ocultos de hipermetabolismo tisular.
De la totalidad de pacientes incluidos en nuestro estudio, 74% tuvo al menos un hallazgo positivo sugestivo de malignidad en el PET-CT, de los cuales únicamente en 47 casos fue de etiología maligna, correspondiendo a un ID del 47%, hallazgos similares a los de Bakhshayeshkaram et al(3) y Burling et al(11), mientras que la proporción de FP fue del 27%, levemente mayor a la reportada por dichos autores. En el 5,4% de los pacientes con hallazgos positivos en el PET-CT se trataba de una lesión benigna o premaligna y en el 6,7% se identificó una etiología infecciosa o inflamatoria. El diagnóstico de anatomía patológica encontrado con mayor frecuencia fue el adenocarcinoma pobremente diferenciado con un total de 10 casos, coincidiendo con lo informado por Park et al(2). Los sitios de origen de tumor primario más frecuentes fueron el pulmón y el páncreas, lo cual concuerda con el estudio de Kwee y Kwee(1).
De acuerdo a los resultados obtenidos en este estudio, se concluye que el PET-CT con 18F-FDG es de utilidad para la investigación de tumores de origen primario desconocido. Sin embargo, se debería recurrir a este método tras una exhaustiva correlación clínica fundamentada, en donde los métodos de imagen convencionales no hayan sido concluyentes para determinar el sitio de origen primario.