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Neuroimagen funcional en el pronóstico evolutivo de una cohorte de pacientes portadores de trastorno afectivo bipolar: estudio preliminar a partir de la técnica de neuroSPECT

Introducción

La carencia de marcadores biológicos en psiquiatría ha representado desde los inicios de esta disciplina una dificultad en el proceso diagnóstico, así como en la definición pronóstica de la afección clínicamente detectada. A pesar de los enormes esfuerzos tendientes a avanzar en la etiología de las enfermedades afectivas, no ha sido posible detectar ni siquiera un examen de laboratorio capaz de corroborar con grados de sensibilidad y especificidad adecuados la presencia de dichos trastornos, siendo esta un área en incipiente desarrollo(1,2,3). Progresivamente, los avances en la neurobiología de los trastornos del ánimo parecen ir demostrando una causalidad de orden multifactorial. De esta forma, los hallazgos genéticos apuntan a una etiología poligénica, las investigaciones bioquímicas a la alteración de múltiples sistemas de neurotransmisión mediados por diversas mono- aminas y las neuroimágenes funcionales a la participación de diversas regiones y circuitos cerebrales, como base etiológica de estas enfermedades.

La teoría etiológica fundamental respecto de los cuadros depresivos, conocida como “teoría monoaminérgica”, cuyo enunciado principal expone que las manifestaciones clínicas de la depresión se correlacionarían con un déficit de uno de los tres neurotransmisores supuestamente involucrados en la modulación afectiva (serotonina, norepinefrina y dopamina), no ha logrado ser validada empíricamente de un modo consistente. Basta con observar los múltiples, heterogéneos y a veces contradictorios resultados que desde hace varias décadas se han registrado al estudiar los niveles de serotonina plasmática, plaquetaria o en líquido cefalorraquídeo en pacientes depresivos monopolares, para confirmar la ausencia de un marcador biológico confiable en psiquiatría(4,5,6).

Tal como lo hemos destacado en trabajos previos(7,8), las neuroimágenes funcionales se perfilan cada vez más como un marcador biológico indirecto cuyo valor central residiría en lograr definir patrones imagenológicos característicos para distintas patologías, incluyendo el trastorno afectivo bipolar (TAB); en esta dirección nuestro grupo de estudio ha estado trabajando durante los últimos años. Sin embargo, poco se ha avanzado hasta ahora en intentar definir marcadores neurofuncionales pronósticos respecto de la evolución clínica.

Contar con una orientación pronóstica resultará de amplio valor, toda vez que permita a los clínicos predecir y anticipar enfoques farmacológicos y psicoterapéuticos de mayor o menor agresividad según sea el caso, así como una monitorización clínica guiada. Esta aseveración resulta especialmente válida al abordar un cuadro altamente heterogéneo en su presentación clínica y enormemente fluctuante en su evolución, como lo es el TAB. Si bien es cierto que remitir la apreciación pronóstica a un patrón neurofuncional olvidando las determinantes psicosociales podría resultar en una mirada excesivamente materialista/reduccionista, no es menos relevante considerar que el acceso a un marcador pronóstico nos entregaría una orientación respecto de la “carga biológica funcional” presente en cada caso. En este sentido, se considera que el apoyo neuroimagenológico pronóstico representa una herramienta en desarrollo capaz de orientar al clínico, al paciente y a sus familiares, pero cuya información no debe conceptualizarse como un predictor determinista respecto del devenir vital de cada paciente. El presente estudio representa un primer intento orientado a buscar patrones neurofuncionales de valor pronóstico en el TAB a partir de la técnica de neuroSPECT.