Introducción
La infección del injerto aórtico puede provocar complicaciones vasculares potencialmente mortales. Desafortunadamente, en muchos pacientes es difícil obtener un diagnóstico correcto en una etapa temprana(1). La infección de injerto/peri-injerto vascular se diagnostica por la presencia de un criterio mayor y cualquier otro criterio de otra categoría y se sospecha infección en presencia de un criterio mayor o bien de dos criterios menores de las tres diferentes categorías. Los criterios mayores establecidos son: categoría clínica como la presencia de pus, herida abierta con exposición del injerto o desarrollo de fistula; categoría radiológica como colección peri-injerto en TC a los 3 meses o más de colocado, presencia de gas ≥ 7 semanas de colocado o aumento del gas peri-injerto demostrado en imágenes comparativas; y categoría de laboratorio como aislamiento de microorganismos del injerto explantado, de una muestra intraoperatoria, o de una muestra por aspiración de la colección periprotésica. Los criterios menores establecidos incluyen: criterios clínicos como signos de flogosis y fiebre >38ºC; radiológicos como gas sospechoso peri-injerto, expansión de aneurisma, formación de un pseudoaneurisma, discitis/osteomielitis por actividad metabólica sospechosa en FDG PET / CT o captación de leucocitos radiomarcados; y criterios de laboratorio como la presencia de cultivos positivos o elevación de marcadores de inflamación(1).