Dosis baja de yodo radiactivo es tan eficaz como dosis estándar para completar la ablación post-quirúrgica en cáncer tiroideo

Una pequeña dosis de yodo radiactivo después de la tiroidectomía por cáncer de tiroides se mostraría tan efectiva como una dosis más alta, con menos efectos secundarios y una menor exposición a la radiación, de acuerdo a dos ensayos controlados aleatorios europeos publicados en el New England Journal of Medicine (Ablation with Low-Dose Radioiodine and Thyrotropin Alfa in Thyroid Cancer y Strategies of Radioiodine Ablation in Patients with Low-Risk Thyroid Cancer) Ambos estudios también mostraron que tanto la administración de tirotropina alfa como la retirada de las hormonas tiroideas antes de administrar el yodo radiactivo fue efectiva para favorecer la ablación tiroidea con cualquiera de los niveles de dosis elegidos.

Investigadores de Francia y el Reino Unido enrolaron 752 y 438 pacientes con cáncer de tiroides de bajo riesgo, respectivamente. En ambos estudios los pacientes fueron randomizados para recibir yodo radiactivo ya sea a una dosis habitual para este escenario clínico, o a una dosis mucho más baja, aproximadamente ¼ de la anterior.

Para que el tratamiento con yodo radiactivo funcione, los niveles de hormona tiroestimulante (TSH) o tirotropina deben ser elevados. Los investigadores asignaron al azar a los participantes para seguir una de dos estrategias destinadas a incrementar el nivel sérico de tirotropina: retirada de las hormonas tiroideas de reemplazo o administración de tirotropina recombinante (tirotropina alfa). A pesar de que esta última estrategia causa menos molestias que la retirada de las hormonas tiroideas, el medicamento es costoso y de variable disponibilidad, por lo cual interesaba conocer la eficacia comparada de ambos métodos.

En ambos ensayos, tanto las dosis bajas como altas de yodo radioactivo se asociaron con una tasa similar de éxito terapéutico: 95% en el estudio francés y 85% en el británico (en el que participaron pacientes con tumores primitivos de mayor volumen promedio que en el francés). En ambos estudios, para cualquiera de los dos niveles de dosis, la tasa de éxito ablativo no difirió significativamente entre los pacientes que recibieron la tirotropina alfa o aquellos sometidos a retirada hormonal de reemplazo.

Los resultados de estos estudios son de gran relevancia en lo que respecta a disminución de costos (menor actividad administrada y acortamiento del tiempo de internación), menos efectos colaterales (tiroiditis, sialoadenitis) y menor dosis de radiación recibida por el paciente y su entorno.

La ablación del tejido tiroideo residual mediante yodo radiactivo permite un control evolutivo más fácil mediante dosificación de tiroglobulina en pacientes con enfermedad de bajo riesgo de recurrencia local o distante, y su aplicación ha ido progresivamente en aumento. Sin embargo, aún se desconoce si este tratamiento incide en la sobrevida de pacientes con neoplasia de bajo riesgo ya que la misma es, de por sí, de buen pronóstico. Recientemente fue lanzado en el Reino Unido un estudio para determinar si el yodo radiactivo mejora efectivamente la supervivencia libre de enfermedad en este grupo de pacientes.